sábado, 19 de septiembre de 2009

En el mes de nuestro santo patrono San Miguel Arcangel


SAN MIGUEL EL ARCANGEL DE DIOS (1)

Por el P. Alfredo Saenz S.A.

El nombre de nuestra Revista (*) no fue elegido al azar. Porque pensamos que a MIKAEL o sea al Arcángel San Miguel, le compete un papel preponderante en los tiempos que vivimos. Tratemos, pues, de desentrañar, a la luz de la Escritura, de la historia, del arte, de la liturgia y de la piedad popular cual es el oficio peculiar que Mikael desempeña en la economía de la salvación.

Originariamente Mika´èl em hebrero, los giregos lo llaman Mikael en la versión de los “Setenta”, y la traducción latina de la Vulgata lo denominó Michael. Su figura, cuyo bosquejo comienza a delinearse en la Escritura, recibió ribetes populares en los escritos apócrifos anteriores a Cristo[1], pudiendo advertirse cómo, ya en la época de Jesús, Mikael era generalmente considerado como un gran personaje: patrono de Israel, encargado de dirigirlo y defenderlo; jefe de los ángeles y caudillo de los ejércitos del Señor; revelador de los misterios divinos; psicopompo que acompaña a las almas para conducirlas a la presencia del Dios(2)

La Iglesia, desde la primera generación cristiana, recogió en su seno esta preciosa herencia. En Oriente, Constantino erigió cerca de la nueva capital que había hecho edificar, Constantinopla, un célebre santuario que llamó “Michaelion”, cuya dedicación se celebraba el 9 de junio, templo famoso porque allí, según la tradición, el Emperador había sido visitado y curado milagrosamente por San Miguel. Más aún, según las leyendas de los griegos, ya en el primer siglo del cristianismo San Miguel había salvado milagrosamente de la destrucción, intentada por los paganos, a un templo suyo situado en la actual ciudad de Khonas. Asimismo atribuían a su intervención milagrosa el origen de varios manantiales de aguas medicinales, honrándolo como a Médico celestial. Lo cierto es que cuando Constantinopla cayó bajo el dominio de los turcos existían en esa ciudad no menos de quince iglesias consagradas a San Miguel.

El Occidente conoció desde muy temprano, templos y fiestas en honor del Arcángel. Una basílica suya se levantaba sobre la Vía Salaria en Roma. El santuario de “Monte Gargano”, cerca de la ciudad de Nápoles, fue celebérrimo en todo Occidente por la aparición de San Miguel ocurrida a fines del siglo V. (3) En Roma, el Papa Bonifacio IV (611-615) edificó sobre la “Moles Hadriani” (hoy llamado Castel Sant´Angelo”) un templo en honor a San Miguel; y allí mismo, según la tradición, se apareció en 950 el Arcángel para poner fin a un pestilencia que asolaba la ciudad. Celebérrimo fue también, desde principios de la Edad Media, el santuario de “Mont Saint-Michel”, en Normandía donde el Arcángel se apareció a S. Auberto, obispo de Avranchez (4) Navarra consideró como una tradición muy venerable la aparición de San Miguel al caballero penitente don Teodosio de Goñi, en el siglo VIII, sobre la montaña de Aralar. En Alemania, ya desde los tiempos de San Bonifacio, muchos montes estaban coronados de santuarios o capillas dedicados a San Miguel (5). En Italia sobresale la “Sagra San Michele” o “San Michele della Clusa” a 30 kilómetros de Turín (6)



Abadía de San Michele della Clusa


Asimismo el arte cristiano mostró sus preferencias por la admirable figura del Arcángel y lo hizo objeto de frecuente inspiración. Sinnúmeras imágenes suyas eran encargadas para iglesias, banderas, escudos, corporaciones, etc. Generalmente lo representó en hábito guerrero, cubierto de armas, blandiendo la espada o la lanza amenazante, y en actitud de hollar con sus pies al dragón infernal. Esta iconografía que cubre no pocos siglos de historia, llegó también a nuestra tierra, encontrando un lugar preferencial en el arte de las reducciones guaraníticas. Además el arte tradicional acostumbró representarlo en el atrio del las iglesias –especialmente en las catedrales medievales- teniendo en sus manos una balanza en la que pesa las almas de los difuntos, junto a él, solía representarse al demonio intentando inclinar la balanza a su favor (7). En honor del Arcángel nos quedan, también, hermosos himnos que se encuentran, principalmente en el Oficio Divino. Varios de ellos pertenecen a Rabano Mauro, abad de Fulda.



Mont Saint Michelle

(*) El autor se refiere a "Mikael" Revista del Seminario de Paraná (Excelente publicación doctrinal y teológica dirigida por el Pbro. Lic. Silvestre C. Paúl, Rector del Seminario Arquidiocesano de Paraná, que se publicara entre 1973 y 1983 y en la que el P. Sáenz integrara el Consejo de Redacción.

[1] Para poner un ejemplo, el Libro de Henoc, el más extendido e influyente en la época el Antiguo Testamento, describe a Miguel como jefe de los ángeles, el que explica los misteriosos juicios de Dios, el que presenta a Henoc ante el Señor, el que arroja a Satanás y a los suyos al infierno

(2) Cf.G.Bonsirven, Il Giudaismo Palestinense al tempo di Gesú Cristo, Ed. Marietti, Tornino-Roma, 1950, p-30.
(3) Su fiesta era el 8 de mayo, fecha en la que se conmemoraba una victoria que, por intercesión del Arcángel obtuvieron los lombardos en el año 663.

(4) Por influjo de ese santuario San Miguel llegó a ser considerado Patrono de Francia. Su fiesta, el 16 de Octubre era solemne y de precepto en toda la Normandía.

(5) Débense al mismo San Bonifacio, quien se valió de este medio para desterrar el culto pagano de Wotan, el dios guerrero de los antiguos germanos.

(6) J.Lemarié, en Textes Liturgiques concernant le culte de S. Michel en Sacris Erudiri (XIV) 1963, 277 ss, transcribe preciosas oraciones que se encuentran en el Oficio del 29 de septiembre, propio de ese monumental monasterio. “O venerado arcángel Miguel -dice uno de estos textos – glorioso príncipe de la milicia celestial, no encontramos palabras para exaltar como corresponde tu grandeza…Porque sólo Cristo Dios conoce perfectamente tu innegable grandeza, Él, quien al principio te creó para alabanza y gloria de su nombre y te dio la magnífica excelencia de tu esplendor…” En el mismo artículo cita Lemarié el texto de la “legenda” de la “Sagra”, puesta en relación con los otros dos grandes santuarios de Occidente: Monte Gárgano y Mont- Saint Michel. “En las fronteras occidentales del orbe -dice- el arcángel del Señor se reservó tres lugares peculiares, que brillan con gran esplendor: el primero es el monte Gárgano, conocido en todo el mundo; el segundo, junto al océano, llamado “ad maris periculum”, el tercero, puesto sobre esta cumbre…Con razón se ha elegido zonas elevadas, evitando los contagios humanos, aquél de quien se escribe que mientras el Buen Pastor buscaba la oveja perdida en compañía de las otras cohortes angélicas, permanecía solitario en los montes, donde se contempla más de cerca la divina majestad….” P. 281

(7) Más adelante analizaremos el fundamento teológico de esta imaginería.

Tomado de San Miguel el Arcángel de Dios Ediciones-Mikael

No hay comentarios:

Publicar un comentario