Por el P. Alfredo Sáenz S.J.
IV. MIKAEL, EL ESCATOLOGO
Finalmente nuestro Arcángel tiene algo que hacer en relación con los últimos tiempos.
Ante todo advertimos que la Iglesia en su liturgia (59) atribuye a San Miguel la proclamación de los sucesos finales, la proclamación del Apocalíspsis, según aquello del mismo Ap. 1,1-2 “Revelación de Jesucristo, que para instruir a sus siervos sobre las cosas que han de suceder pronto ha dado a conocer por su ángel a su siervo Juan…” Este “ángel” del Apocalipsis no sería otro que nuestro Mikael, según la antífona a la que acabamos de aludir “Mientras Juan contemplaba el sagrado misterio, el Arcángel Miguel tocó la trompeta: “Perdona, Señor, Dios nuestro, tú que abres el libro y quitas tus sellos”.
Más aún. No sólo es Mikael el revelador de los “novísimos” sino que también tendrá un papel descollante en los acontecimientos terminales. Comentando Santo Tomás aquél texto de I Tes. 4,15: “-pues el mismo Señor, a una orden, a la voz del arcángel, al sonido de la trompeta de Dios descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero…” dice que si bien Cristo será la causa principal e instrumental de la resurrección del género humano, la causa “cuasi ministerial será el poder de los ángeles, los cuales tendrán algún efecto en la resurrección” (60). Según el texto de Tesalonicenses, los muertos resucitarán “a la voz del Arcángel”, no porque (la resurrección) se opere por su voz –comenta Santo Tomás-, sino por su ministerio. Y dice el arcángel, porque todos los angeles sirven a la Iglesia bajop un único arcángel. Ap.XII,7: Este es Miguel, príncipe de la Iglesia (61)
Gráficamente atribuye Santo Tomás a los ángeles el trabajo de recoger las cenizas de los difuntos en el día de la resurrección final. “Aquél ministerio –enseña- competerá principalmente a un Ángel, a saber, a Miguel, que es el Príncipe de la Iglesia, como lo fue de la Sinagoga, según se dice en Dan. 10., De manera semejante, los ángeles inferiores cooperarán con él en lo que atañe a la resurrección de los individuos, a cuya custodia fueron deputados; y así aquella voz puede interpretarse de uno o de muchos ángeles” (62)
Asimismo participarán los ángeles en la separación que el juicio final hará entre los buenos y los malos (cf. Mt.13.49; 16,27; 24,31; Mc.8,38). En el último día de la historia, cuando Cristo aparezca sobre las nubes del cielo para juzgar al género humano, Mikael tendrá que cumplir un ministerio formidable, cuando, a la cabeza de los otros ángeles, lleve a cabo la separación de los elegidos y de los réprobos que habrán retomado sus cuerpos en la resurrección final. (63)
CONCLUSION
Contemplador, guerrero, psicopompo, escatólogo: he aquí las cuatro facetas que caracterizan a nuestro Arcángel.
Nuestra época, volcada toda ella a la práxis, se muere de asfixia por falta de contemplación. El demonio, al que no le resulta difícil esconder su identidad pasando de incógnito en este mundo que se cree “maduro”, lleva adelante su lucha subversiva contra todo lo que tenga que ver con el nombre de Dios. más aún, al decir de Su Santidad Paulo VI, ha penetrado, incluso en la misma Iglesia, por alguna de cuyas grietas se llega a percibir “el humo de Satanás”. Son tiempos en que el destino del mundo se juega a cara o cruz, tiempos apocalípticos.
Por eso nunca fue tan necesario como hoy volver sobre la figura del Arcángel San Miguel. El es el Ángel de la contemplación y de la acción. El Ángel militante que luchó al comienzo de la historia y el que sigue combatiendo durante todo el transcurso del tiempo de la Iglesia, que no por nada es llamada “militante”. El Ángel que está junto a la cabecera de los moribundos, y al que aún aguarda una batalla final. El Ángel de nuestro tiempo convulsionado y poblando de demonios.
La ciudad de Paraná y la Provincia de Entre Ríos lo ha reconocido públicamente como su celestial Patrono. A sus pies nos postramos –nosotros y la Revista que se gloría con su nombre- para que bendiga nuestra empresa.
Cerremos este trabajo transcribiendo una hermosa oración a San Miguel compuesta por aquél gran hombre que fue Dom Prosper Guéranguer, y que se encuentra en su obra “L¨Anné Liturgique” plegaria con la que concluye su comentario a la fiesta del 8 de mayo, fiesta de la Aparición de San Miguel.
“¡Cuán esbelto eres, Arcángel San Miguel, bajo tu armadura celestial, dando gloria al Señor cuyo enemigo has destruido! Tu mirada humilde y ardiente se dirige hacia el trono del Señor , cuyos derechos has sostenido, y que te ha concedido la victoria. Tu grito sublime “¿Quién como Dios?” ha electrizado a las legiones fieles y se ha hecho tu nombre y tu corona. Por una eternidad sin fin, nos recordará tu fidelidad y tu triunfo sobre el Dragón. En el entretanto, descansamos bajo tu protección.
Ángel guardián de la santa Iglesia, ha llegado el momento de desplegar todo el vigor de tu brazo. Satanás amenaza, en su furia, a la noble Esposa de tu Señor; haz brillar los fulgores de tu espada, y húndela sobre este implacable enemigo y sus afrentosas cohortes. El reino de Dios está quebrantado hasta en sus fundamentos….¿Estamos en vísperas de que se declare el reino del hombre de pecado? ¿Nos acercamos a ese último día en que, a los pies del Juez soberano y sobre los despojos de este mundo culpable, tú deberás cumplir el temible ministerio de separar para siempre a los cabritos de las ovejas? Pero si la tierra debe sobrevivir aún, si los destinos de la Iglesia todavía no se han cumplido, ¿no ha llegado ya el tiempo, oh poderoso Arcángel, de que hagas sentir al Dragón infernal que no se ultraja impunemente sobre la tierra al que la ha creado, el que la ha rescatado y que se llama Rey de reyes, Señor de señores? El torrente del error y del mal no cesa de arrastrar hacia el abismo a la generación seducida; sálvala, glorioso Arcángel disipando las negras confabulaciones que la amenazan.
Tú eres, oh Miguel, el protector de nuestras almas en el momento de su paso del tiempo a la eternidad. Durante nuestra vida, tu mirada nos sigue, tu oído nos escucha. Por más que tu esplendor nos deje deslumbrados, no por ello dejamos de amarte, oh Príncipe inmortal, y vivimos felices y confiados a la sombra de tus alas. Pronto llegará el día en que, en presencia de nuestros restos inanimados, la santa Iglesia, nuestra madre, pedirá por nosotros al Señor para que no caigamos en las fauces del león infernal, y para que tus manos poderosas nos reciban y nos presenten a la luz eterna. Mientras aguardamos ese momento solemne, vela sobre tus fieles, ¡oh Arcángel! Enséñanos a repetir en pos de ti: “¿Quis ut Deus?” El honor de Dios, la convicción de sus derechos, la obligación de permanecerle fieles, de servirlo, de confesarlo, en todo tempo y en todo lugar: tal es el escudo de nuestra debilidad, la armadura bajo la cual venceremos, así como tu has vencido. Pero necesitamos algo de ese coraje varonil que tú has bebido en en el amor que llena tu interior. Haznos, pues, amar a nuestro común Señor, ¡oh Arcángel!, porque entonces seremos invencibles como tú. El Dragón no sabe resistir a la creatura que está apasionada por el amor de Dios todopoderoso; ante ella huye vergonzosamente.
El Señor te ha creado, oh Miguel, y tú has amado en Él a tu Creador; a nosotros no solo nos ha creado sino que también nos ha rescatado, y nos ha rescatado con su sangre, ¿Cuál deberá ser, pues, nuestro amor para con Él? Fortifica este amor en nuestros corazones; y puesto que combatimos en tu milicia, dirígenos, llénanos de fervor, sosténnos con tu mirada, y detén los golpes de nuestro enemigo. Tú estarás presente, lo esperamos, en nuestra última hora, ¡oh portaestandarte de salvación! En cambio de nuestra fiel devoción hacia ti, dígnate hacer la guardia junto a nuestro lecho y cubrirlo con tu escudo. Si el Dragón ve resplandecer su espada, no se animará a acercarse hasta nosotros. Al salir de su cuerpo, pueda nuestra alma lanzarse perdidamente en tus brazos. No la abandones, santo Arcángel, cuando se apriete contra ti; llévala al pie del tribunal de Dios, cúbrela con tus alas, apacigua tus temores, y dígnese el Señor, tu dueño, darte la orden de transportarla prontamente a la región de las alegrías eternas”.
Notas
Cf. Ant. Ad Magnificat del Oficio del 29 de septiembre.
(60) Comm, in Thes, nº 18. Incluso los antiguos ponían a San Miguel en relación con la resurrección de Cristo. Por ej. En “Representación de Pascua” de época medieval se atribuye a San Miguel el anuncio pascual a las mujeres: citado por J.Lemarié., en Textes relatives au culte de l´Archange et des Anges Dans les Breviaires Manuscrits du Mont-Saint-Michel, en Sacris Erudiri (XII) 1962, p.124. Tal testimonio propiamente litúrgico de la identificación del ángel de Pascua y de Miguel es sin embargo, extremadamente raro.
(61) Comm, in Thess, nº 999. Algunos apócrifos afirman que Miguel será quien toque la trompeta. Así por ej., el Evangelio de Bartolomé IV, 10-12: “Entonces les hizo bajar del Monte de los Ollivos. Y habiendo lanzado una mirada de furor a los ángeles que custodiaban el Tártaro, indicó a Miguel que hiciera sonar la trompeta fuertemente. Cuando éste la hubo sonado, subió Belial aprisionado por 560 ángeles y atado con cadenas de fuego”: en Los evangelios apócrifos, BAC, Madrid 1963, pp.556-557.
(62) In IV Sent. Dist. 43, art.2, qla 3, ad 2.
(63) Ya hemos dicho cómo la Edad Media gustaba representar la acción del santo Arcángel en ese momento decisivo. Lo dibujaban al pie del trono del Soberano Juez, junto a una balanza en donde pesaba las almas.
Tomado de San Miguel el Arcangel de Dios - P. Alfredo Sáenz - Ediciones Mikael 1976
yo, escondido esperando el momento , asumire mi tono cuamdo el señor me despierte , asi tambien mi ejercito ya esparcido en al tierra todo esta listo para la batalla , los angeles ya estan aqui como asi tambien yo . no se les permitira recordar quienes son , solamente hasta el momento de la batalla ,desplegaran sus alas su brillo y aura cambiaran el clima hasta la particula mas minima estara a sus ordenes , caminando por ahi este viendo todo sintiendo todo hasta la mas minima particula de polvo obedecera al expledor de mi conciencia . llegara el momento del no tiempo , levantando mis alas el viento soplara y hara sentir mi precencia ,todos la centiran , una explocion de luz saldra de mi cuerpo , al cual ose mirarla sentira mi poder , solo los permitidos podran mirarme sin hacerce daño . a cada paso mio la tierra temblara , el viento me obedecera , el malbado sera derrotado a plena luz del dia y a precencia de todos , sus seguidores seran exterminados como asi tambien sus espiritus . pero lo mejor que ustedes los seguidores del santisimo centiran el gozo de su tremendo explendor ,ya nadie podra tocarlos , para ustedes sera una paz inmensurables solo para aquellos que sean fiel aun despues de muertos . yo los protejere en la batalla final como un padre a su hijo unico , no teman que con tan solo habrir mis alas el malbado sera derrotado , con tan solo mirarlos sanaran sus heridas espirituales , aun cuando cientan que estan solo en la batalla sepan que yo estare a la par de ustedes y mas aun me veran . solo me revelare el dia del juicio final a las ordenes del eterno supremo y su hijo jesus de nazaret . no teman que antes de haber nacido ya estaban a mi cuidado . solo les aseguro que no estaran solos, cuando habra mis alas la sentiran en toda las partes del mundo, solo les pido aguanten las cosas que les toco pasar , todo lo que les pase sepan que no es nada y todo terminara con este mundo el dia final . el que este sufriendo abraze el sufrimiento en nobre del señor , y sepa que solo es para mejorar su espiritu para templar , se nesecitarn angeles fuertes , espiritus blancos . aguante ejercito de san miguel de arcangel!! ya se les permitira actuar ,aunque aun no se les permite saber ni a ellos mismos quienes son , pero ya estan aqui , solo fuerza!!, seran atacados , se centiran deprimidos , tentados y estaran sin sentido en este mundo pero eso sera solo hasta que el señor los despierte . hasta ese dia fuerzaaa!!!! bajo la luz de mi mando el bien triunfara .que este mensaje llegue a todas las naciones , a todo mi ejercito, ellos al leer mi mensaje sentiran paz en su interior y me reconoceran en su interior .
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